Somos niños en los brazos
de la inmensidad destronada.
Somos víctimas de lo desconocido
y somos ciegos a la impermanencia.
La semilla del apego que planté
me aprieta con sus raices.
Extiendo mis hojas, intento respirar
y cada vez me ahogo más y más y más.
Haz sonar la música
en el silencio por favor
no me dejes escucharme
que una voz me dice: Ven,
hola, soy tu muerte,
soy una liberación.
Yo grité la voz de la soledad a la inmensidad,
la abracé con el silencio que traerá la eternidad.
Haz sonar la música
en el silencio por favor
no me dejes escucharme
que una voz me dice: Ven,
hola, soy tu muerte,
soy una liberación.
Soy una liberación,
soy una liberación,
soy una liberación,
soy una liberación,
soy una liberación,
soy una liberación.