Que no te llegue triste mi cantar
porque le puse una sonrisa a mi guitarra
para llenar de vida y de color
la soledad que va creciendo en tu mirada
mira que la luna está partida en la mitad
y sin embargo alumbra igual.
Sólo por el gusto de cantar
así dejé que el viento inflara mi pañuelo
dueño de mi tiempo y capitán
me encaramé al palo mayor de tanto sueño
vine a caminarte con mi copla y continuar
que es largo mi camino y va.
Puedo llorar y sonreír
mi corazón se quedo aquí
mar del amor, plata y dolor
con ojos de agua me verás partir.
Me fuí por esa costa a caminar
y dibujé mi rostro todo piel de arena
para quedarme un poco y perdurar
y vino el agua y la mezcló con tanta piedra
terco como siempre con mi verso quedará
la huella de mi corazón.
El nombre de Alfonsina me llegó
para mostrarme el corazón de Mar del Plata
aquella que en la muerte enalteció
todo el amor con que la nombra mi guitarra
crece en el recuerdo y no lo puedo remediar
un tiempo que me hará volver.