Caía en oro y gris el cielo azul
del hondo abril
en que llegaste.
Tal vez lo eterno fue de nuestro amor
el llanto aquel que derramaste.
Divina criatura musical...
Asombro fiel de tu mirada angelical.
Y tu melena, como un cálido trigal
iba encendiendo sin querer
a mi sereno atardecer,
que iluminaste.
Qué breve fue la flor
de tu ansiedad y tu temor,
en nuestro amor!
Pequeña mía,
sentimental,
ardiente rosa
de mi rosal.
Estoy poblado de tu ausencia
y este dolor que me hace feliz.
La calle es niebla y cerrazón
y , mientras digo mi canción,
lloviendo así está en mi corazón,
en oro y gris.
Letra: León Benaros
Música: Mariano Mores
Año: 1966