manos atadas, llagas abiertas, un pasillo, una puerta
cruzamos el umbral mirandonos los pies
miradas vacias, desiertas, esperanzas muertas
en este lugar sombrio donde reina la tristeza
aqui el sol no entra
la angustia
es nuestra compañera
una concubina danzando entre cerrojos que castigan
nuestra pobreza
nuestro caminar se vuelve a repetir por horas y horas
que huyen gritando
alla afuera
gira este mundo
en suicida carrera
nuestros pasos, monotonos cascabeles de misero andar
nuestras manos, claveles muertos de gardenias desiertas
lunas perdidas se abrazan alla afuera en este
equinoccio que contradice a la naturaleza.
el plomo listo a ser disparado contra nuestras
cabezas, y se ofuscan nuestros ojos con el
implacable paso de los dias... y nuestras manos, que solo saben de lagrimas y miseria
en esos lugares malditos.