¿Por qué me llamas a estas horas?
Romper un silencio así no tiene perdón...
Gracias, esto... ¿Cómo empezar?
Me despierto en un gran estadio.
Un saludo, gracias, esto... ¿Cómo escapar?
Cuánta vanidad, digo, vida.
Yo propongo un tropezón.
Mira, Mamá, sin suerte.
Romper un silencio así no tiene perdón...
Era diecinueve de noviembre y tú soltaste
que lo importante son los goles y no los colores.
Romper un silencio así no tiene perdón...
diga lo que diga.
Con la cara tropezada ya no hay nada que vender,
aunque nada tengo que esconder... bueno, casi,
pero esto no viene al caso.
Yo sólo quería un aplauso, gracias... bueno, gracias.
Mira, Mamá, sin suerte,
se parten de risa y encima les pido perdón.
Mientras el universo ronca
no te importa oír mi voz,
diga lo que diga.
Romper un silencio así no tiene perdón...