Porque ese cielo azul, que todos vemos
ni es cielo, ni es azul
Lastima grande que no sea verdad
tanta belleza
Lupercio Leonardo de Argensola
1569-1613
Escuchar
mientras leo
No...
ni es cielo ni es azul,
ni es cierto tu candor,
ni al fin tu juventud.
Tú compras el carmín
y el pote de rubor
que tiembla en tus mejillas,
y ojeras con verdín
para llenar de amor
tu máscara de arcilla.
Tú,
que tímida y fatal
te arreglas el dolor
después de sollozar,
sabrás cómo te amé,
un día al despertar
sin fe ni maquillaje,
ya lista para el viaje
que desciende hasta el color final...
Mentiras...
son mentiras tu virtud,
tu amor y tu bondad
y al fin tu juventud.
Mentiras...
¡te maquillaste el corazón!
¡Mentiras sin piedad!
¡Qué lástima de amor!