Una voz, me dijo una vez
que todos mueren para nacer
sueñan despiertos, duermen de pie
entre la ira de un mundo infiel
Son los fantasmas en mi piel
sombras que caen al nacer
luces sombrías que sufren en
aquel abismo al atardecer
Cuerpos sin vida entre los que
vagan soñando sin saber
que su destino esta en los pies
de aquellos ángeles
que hoy quieren volver
Y siento el miedo
Y huelo el terror
Crujen las almas al caer
sobre las sombras de un frio ayer
No, no fue una sonrisa aquella que
el tiempo ya se traga en su eternidad
No seré el juez divino que salva
a quien miente sobre su falsedad