Déjame mentir que volverás
que volverás con el ayer,
con el ayer de nuestro sueño.
Déjame esperarte, ¡nada más!,
ya que comprendo que esperar
es un pedazo de recuerdo,
se que este dolor, es el dolor de comprender
que no puede ser esa esperanza
que me ahoga.
Déjame llorar, siempre llorar,
y recordarte y esperar
al comprender que no volverás.
Qué te importa que te llore,
qué te importa que me mientas
si ha quedado roto mi castillo del ayer,
déjeme hacer un Dios con sus pedazos.
Qué te importa lo que sufro,
qué te importa lo que lloro...
si no puede ser aquel ayer de la ilusión,
déjame así llorando nuestro amor.
Mucho te esperé sin comprender,
sin comprender por qué razón
te has alejado y no volviste.
Mucho te esperé; fatal dolor
de consumir la soledad
en el calor de lo que fuiste.
Debes indicarme qué camino continuar
ya que es imposible que se junten nuestras vidas.
Déjame llorar, siempre llorar,
no ves que ya ni sé qué hablar,
ni qué mentir, ni qué esperar.