Que ya no somos músculo y piel,
que más bien somos tijera y papel,
que no soportamos ningún error
que hoy se pagan tras pedir perdón.
Que este querernos sin desear
es cada día un paso atrás,
que por rutina no voy a ver
entre tus piernas otro amanecer.
Que la distancia cada día es diferente,
que ahora no duerme en mi almohada
el recuerdo de tu cara
y sabe mejor la gente
lo que siento a tu lado que tú.
¿Qué será de mí
si seguimos escribiendo las páginas de este cuento?
Quizás nunca llegue el fin.
¿Qué será de ti
si hoy damos carpetazo a este cuento sin abrazos?
Quizás cuando llegue el fin
te empiece a querer por el miedo a separarnos.