Ser la sed que no termina
Lo que esconde en cada esquina
El rubor de tu mejilla
La que espera en la otra orilla
Ser la dueña de esa sed
Ser la espada y la pared
Y ser todas las mujeres
metidas en mi piel
Ser el eco de tus pasos
Lo que buscan tus abrazos
Ser tu sombra a medio día
Llenar tu tarde vacía
Ser el viento y el calor
Ser el grito y el rumor
Y ser todas las mujeres
que has tenido y has amado
metidas en mi piel
Ay, ay, ay, si pudiera olvidarte
Ay, ay, ay, si yo fuera otra
Ser el vino que te embriaga
La que enturbia tu mirada
Convertirme en tu guarida
Ser el corte de tu herida
Ser el juez y la condena
Y la cura de tu pena
Y ser todas las mujeres
que has tenido y has amado
metidas en mi piel
Ay, ay, ay, si pudiera olvidarte
Ay, ay, ay, si yo fuera otra
Ay, ay, ay, si pudiera olvidarte
Ay, ay, ay, si yo fuera otra
Ay...