Al primer rayo de luz de la mañana
despierto siempre preguntando dónde estás.
Con mi aliento empaño el cristal de mi ventana
y veo mi barquilla echarse a la mar.
Navega sola, navega sola,
navega sola mi barquilla velera, ay sobre las olas...
Y aunque te alejes de mí te seguiré queriendo
porque tu amor fue la luz que iluminó mi sendero,
cayó el amor y con dolor tú serás mi cielo.
Ay amor... eres mi cruz y mi herida
yo llevaré tu amor a cuestas pa’ los restos de la vida.
Ay, qué soledad más grande siento yo sin ti,
cuando al despuntar del día tú te separas de mí,
ay, qué soledad más grande, ay más grande, ay más grande...