Los dioses ordenaron,
hay que abandonar Aztlán.
El lugar de garzas blancas,
y llegar al sitio ideal.
A la tierra prometida,
donde nuestro pueblo,
un gran imperio fundará.
Agua, sigue al águila y al sol.
Agua, ¿dónde esta tu corazón?
Después de muchas lunas,
la señal apareció.
Sobre un cactus, majestuosa,
la gran águila llegó.
Devorando una serpiente,
entregando el sitio,
donde nacerá una nación.
Agua, sigue al águila y al sol.
Agua, aquí esta tu corazón.
Hoy somos los nuevos hijos de Aztlán.
La sangre latiendo en esta nación,
que vuela hacia el futuro,
con rumbo al sol.
Agua, es la gran Tenochtitlan.
Agua, es la gran Tenochtitlan.
Somos tu sangre
Agua.