Cuando estemos viejos
y se nos achique
el paisaje en los ojos.
Y el sol del invierno
se nos ponga flojo,
y nos cachetee
la cara el espejo.
Cuando estemos viejos
y tiemblen mis manos
al tomar las tuyas.
Y nos falte el llanto,
la risa y la bulla,
de estos tres diablillos
que ya estarán lejos.
Cuando estemos viejos...
cuando estemos solos...
cuando no haya nada
y nos duela todo.
Cuando sólo exista
la casa vacía
y anden en silencio
tu sombra y la mía.
Nos querremos tanto
que nuestro cariño
llenará la ausencia
de estos tres diablillos.
Cuando estemos viejos
yo te lo prometo
compañera mía,
serán nuestros años
plenos de dulzura,
serán nuestras horas
llenas de poesía.
Andaremos juntos,
viejitos inquietos,
las cuatro estaciones
de un mundo de miedos.
Y verás, mi vida,
que miente el espejo
pues seremos novios
cuando estemos viejos...
y seremos novios...
cuando estemos viejos.