Escúchame,
por esta vez no tengas prisa,
hoy tengo ganas de volver a enloquecer.
Mira, mujer,
sólo pretendo tus caricias,
el corazón se ha vuelto loco sin querer.
Esperando un día más
sin nada que perder.
Si se irá
ya no lo piensa,
detrás de su presencia
se oculta sin renunciar
sin miedo a la soledad.
Escúchame,
por esta vez cuenta conmigo,
sigo tirando sin remedio del ayer.
Mira, mujer,
yo ya no sé ni lo que digo,
me ganará el silencio si te vuelvo a ver.
Esperando sin pensar
qué puede suceder.
Maldita mi suerte,
cuando aparece se la lleva la corriente,
no te das cuenta que sin ti me muero yo.
Y será
por su grandeza
señal de su belleza,
soñando que nunca más
su ausencia será el final.