VILLANCICO
— Ay, triste, que
vengo vencido de amor
maguera pastor.
Más sano me fuera
no ir al mercado
que no que viniera
tan aquerenciado:
que vengo, cuitado,
vencido de amor
maguera pastor.
Di jueves en villa
viera una doñata,
quise requerilla
y aballó la pata.
Aquella me mata,
vencido de amor
maguera pastor.
Con vista halaguera
miréla y miróme.
Yo no sé quién era
mas ella agradóme;
y fuese y dexóme
vencido de amor
maguera pastor.
De ver su presencia
quedé cariñoso,
quedé sin hemencia,
quedé sin reposo,
quedé muy cuidoso,
vencido de amor
maguera pastor.
Ahotas que creo
ser poca mi vida
según que ya veo
que voy de caída.
Mi muerte es venida,
vencido de amor
maguera pastor.
Fin.
Sin dar yo tras ella
no cuido ser bivo
pues que por querella
de mí soy esquivo.
Y estoy muy cativo,
vencido de amor
maguera pastor.